Todos ansiamos un cambio que transforme nuestra vida en la
salud, en el amor, en lo laboral, en las finanzas y muchas más cosas, sin embargo,
en muchas ocasiones no sabemos por dónde empezar y más aun, no sabemos cómo fue
que terminamos en esa situación tan complicada o poco favorable y eso es lo que
hablaremos el día de hoy.
Casi todas las personas que viven en este mundo de color azul
no tienen o no consiguen lo que desean, pero ¿Por qué? ¿Acaso es el destino?
¿Acaso es la vida que les tocó vivir?, la respuesta afortunadamente es que no y
esto de debe a muchos factores muy comunes, pero hoy vamos a centrarnos en uno,
el cual considero el más importante de todos y es: la responsabilidad.
Puede parecer un poco romántico y hasta absurdo, pero no hay
nada más alejado de la verdad; porque si, nuestra vida es el reflejo de que
tanto nos hacemos responsables con nosotros mismos, pero ¿Cómo es esto
posible?, verás que esto no se trata de simple motivación y ser positivo de
forma ciega y sin criterio.
Existe un pensamiento colectivo dañino que no nos deja
avanzar y es tan simple como creer que “Somos victimas de nuestras
circunstancias”, lo cual no puede estar más equivocado pero vamos a
comprobarlo; vamos a imaginarnos que existen dos personas de escasos recursos,
ambos con familia y día a día, dignamente salen a sus respectivos empleos para
poder llevar el pan de cada día, sin embargo uno de ellos todos los días se
lamenta de su situación, culpa al gobierno, al destino, a la vida, otras
personas y a todo lo que se te ocurra, lo cual da como resultado lo obvio: el
vive así “Porque es una víctima” y pensar de esa forma le está dando ese
resultado.
Por otro lado, la otra persona no piensa así, sabe que debe hacerse
responsable y se pone en acción para cambiar, por lo que no culpa a nadie, sabe
que el mismo debe hacer las cosas y que nadie más puede hacerlo por él, así que
decide doblar turno en su trabajo para poder ahorrar y darle lo mejor a su
familia, con el ahorro que consigue pone un pequeño negocio y lo trabaja hasta crear
un estado de tranquilidad.
Desde luego que esta historia es contada de forma muy somera
y narrada a Peccata minuta, pero funciona para poder entender el
mensaje, el cual considero es muy claro, porque desde alguien en la misma
situación que tu haya superado sus problemas, entonces tu igual puedes, eso
demuestra que la clave está en pensar diferente y tan solo piénsalo un momento:
tu forma de pensar es la que te ha llevado hasta ahí, porque a nadie más le han
sucedido tus propios problemas.
Lo cual formula la siguiente pregunta: ¿Por qué entonces la
gente no se hace responsable de su propia vida?
Y la respuesta es muy simple: Es más fácil culpar a los demás que
responsabilizarme por mis problemas, es más fácil hacer responsables a otros
porque así, yo no tengo que hacer nada, si algo malo me pasa no lo voy a
solucionar yo, porque no lo causé yo mismo; este pensamiento es el ancla más
pesada que puedes cargar, porque te hunde en lo más profundo de la mediocridad
y la pobreza mental, así como la económica.
Para salir de ese hoyo tan grande en el que te encuentras
debes de hacerte cargo tú de ti mismo, que tus logros sean tuyos y tus errores
también ¿Es fácil? La verdad es que no, ¿es incómodo? Por supuesto que sí, pero
¿vale la pena? Vale toda la pena del mundo porque esta es la única forma de colocarte
a donde quieres, pero depende de ti.
Mi recomendación para iniciar un cambio real es tomar el
control; toma el control de algo en tu vida, una sola cosa, no importa que sea
pequeña y cúmplela al máximo y cuando termines, verás que ese sentimiento de
poder sobre las cosas pequeñas va a llevarte a controlar cosas más grandes,
pero debes iniciar ya. ¡Manos a la obra!
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