lunes, 3 de febrero de 2020

MIS DECISIONES CREAN MI REALIDAD.


Todos ansiamos un cambio que transforme nuestra vida en la salud, en el amor, en lo laboral, en las finanzas y muchas más cosas, sin embargo, en muchas ocasiones no sabemos por dónde empezar y más aun, no sabemos cómo fue que terminamos en esa situación tan complicada o poco favorable y eso es lo que hablaremos el día de hoy.



Casi todas las personas que viven en este mundo de color azul no tienen o no consiguen lo que desean, pero ¿Por qué? ¿Acaso es el destino? ¿Acaso es la vida que les tocó vivir?, la respuesta afortunadamente es que no y esto de debe a muchos factores muy comunes, pero hoy vamos a centrarnos en uno, el cual considero el más importante de todos y es: la responsabilidad.

Puede parecer un poco romántico y hasta absurdo, pero no hay nada más alejado de la verdad; porque si, nuestra vida es el reflejo de que tanto nos hacemos responsables con nosotros mismos, pero ¿Cómo es esto posible?, verás que esto no se trata de simple motivación y ser positivo de forma ciega y sin criterio.

Existe un pensamiento colectivo dañino que no nos deja avanzar y es tan simple como creer que “Somos victimas de nuestras circunstancias”, lo cual no puede estar más equivocado pero vamos a comprobarlo; vamos a imaginarnos que existen dos personas de escasos recursos, ambos con familia y día a día, dignamente salen a sus respectivos empleos para poder llevar el pan de cada día, sin embargo uno de ellos todos los días se lamenta de su situación, culpa al gobierno, al destino, a la vida, otras personas y a todo lo que se te ocurra, lo cual da como resultado lo obvio: el vive así “Porque es una víctima” y pensar de esa forma le está dando ese resultado.

Por otro lado, la otra persona no piensa así, sabe que debe hacerse responsable y se pone en acción para cambiar, por lo que no culpa a nadie, sabe que el mismo debe hacer las cosas y que nadie más puede hacerlo por él, así que decide doblar turno en su trabajo para poder ahorrar y darle lo mejor a su familia, con el ahorro que consigue pone un pequeño negocio y lo trabaja hasta crear un estado de tranquilidad.

Desde luego que esta historia es contada de forma muy somera y narrada a Peccata minuta, pero funciona para poder entender el mensaje, el cual considero es muy claro, porque desde alguien en la misma situación que tu haya superado sus problemas, entonces tu igual puedes, eso demuestra que la clave está en pensar diferente y tan solo piénsalo un momento: tu forma de pensar es la que te ha llevado hasta ahí, porque a nadie más le han sucedido tus propios problemas.

Lo cual formula la siguiente pregunta: ¿Por qué entonces la gente no se hace responsable de su propia vida?  Y la respuesta es muy simple: Es más fácil culpar a los demás que responsabilizarme por mis problemas, es más fácil hacer responsables a otros porque así, yo no tengo que hacer nada, si algo malo me pasa no lo voy a solucionar yo, porque no lo causé yo mismo; este pensamiento es el ancla más pesada que puedes cargar, porque te hunde en lo más profundo de la mediocridad y la pobreza mental, así como la económica.

Para salir de ese hoyo tan grande en el que te encuentras debes de hacerte cargo tú de ti mismo, que tus logros sean tuyos y tus errores también ¿Es fácil? La verdad es que no, ¿es incómodo? Por supuesto que sí, pero ¿vale la pena? Vale toda la pena del mundo porque esta es la única forma de colocarte a donde quieres, pero depende de ti.

Mi recomendación para iniciar un cambio real es tomar el control; toma el control de algo en tu vida, una sola cosa, no importa que sea pequeña y cúmplela al máximo y cuando termines, verás que ese sentimiento de poder sobre las cosas pequeñas va a llevarte a controlar cosas más grandes, pero debes iniciar ya. ¡Manos a la obra!         




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